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27/9/23

Por si un día naufrago

 

Por si a alguien pudiera interesarle

subastaré las parcelas de mi desierto

que aún no han sido alcanzadas por los naufragios

de mis barcos derrotados...


Como gobernador 

encontrará usted

a un pirata que todavía cree 

en el nombre que tatuó en su pecho.

Pero no le diga al pirata 

que ha naufragado,

sus ojos parchados por exceso de sol

no podrían soportar la verdad con sus agujas infectadas..

Por si algún día llega el naufragio,

este desierto, no lo imagine sin agua

hay un ojo de donde salen  gotas saladas

que no se toman

pero que adornan el paisaje 

necio de un desierto 

que segura haber sido océano 

desierto,

de cierto modo necio 

que se siente mar y simula el oleaje

con sus lágrimas.


En  la subasta 

de los restos del naufragio

entregaré también las escrituras de un silencio

que al confesarlo todo 

se suicidó irremediablemente

pero eso le pasa a un silencio como el mío

que soñaba con ser escuchado...


Este desierto tiene dos manos y dos pies

los pies ya son rocas cansadas

pero las manos quizá le sirvan como referencia

o como dedos para dibujar mapas


Tras el naufragio, 

a este desierto le gustan los mapas

y los laberintos.


Por si a alguien pudiera interesarle

subastaré la parte de este desierto

que aún no ha conocido la humedad de la lluvia

y la proa de papel del barco del pirata

que sufrió daños colaterales.

No es triste este naufragio,

aunque parezca.

Por si algún día naufrago,

pisen mis huellas en la arena

reescriban la historia del pirata

al que le  corría sangre proscrita 

por las venas.

Y sí han de olvidar algo,

que sea al pirata,

pero jamás su barco de papel

armado hasta el mástil

con sueños prohibidos

y cañones cargados de 

utopías.


®2023, Andrés Castuera-Micher

De mi libro inédito: Renglones por si acaso.

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30/7/23

Nota al pie de cama

Usted se sabe quemar por dentro sin prender la sábana.

Que bien enciende la fogata entre sus piernas

y me da sueños de fuego mientras estoy despierta.

Su cuerpo es el péndulo perfecto

y yo, ante su vaivén,

soy solo un punto de referencia...

y arde

y ardo

y va y viene

y nada mejor que venirse

en su lumbre y sentir como su fuego es el que extingue mi agua.

Es que sabe usted quemarse 

tan bien allí dentro.

Quisiera que le prendiera lumbre a la sábana

y a mí también para poder acompañarle en ese delirio

en que su sombra me sedujo

y tuve que hacerle el amor.

Estaba celosa de su cuerpo

tan lejos y tan igual al mío

y entonces me desnudó

y paso a paso fueron nuestras sombras entregándose, 

dejando de ser sombras por un instante

y se dejaron llevar por esas cosas que solo son del cuerpo

y fueron cuerpo.

Ni la luz de sus gritos

pudo esta vez desvanecerlas.

Usted, yo

y un buen disco de jazz,

en penitencia, en plenitud,

a un orgasmo de encontrar un objeto volador no identificado.

Míreme una vez más, para de plano renunciar a todo

y alcanzarla en su nube de fantasía,

recoger mi boleto de ida,

nada más el de ida

e irme siguiendo esos senos.

No tiraré migajas, no quiero regresar

aunque el fugarme con usted sea fugarme de mí misma.

La distancia más cercana 

entre dos puntos

son las curvas de su cuerpo

y mi monte de Venus alineado al suyo...

Allá, se mide entre su espalda y sus senos y aquí es el espacio recreado en mi mente, inspirado en nuestras entrepiernas enlazadas...

No hay suficientes poemas para usted porque las que podrían amarle 

nunca le vieron andar desnuda por la recámara.

Mañana es solo una referencia de que hoy estamos juntas

y, ayer, es un punto definido por el abrazo de nuestros cuerpos haciendo el amor ruidosamente entre las hojas del calendario 

que se agitan inagotablemente cediendo el paso a nuestro tiempo.

No sé si exista un día después de éste en que nos vulneramos,

pero, ayer, doy fe, existe, porque queda la evidencia en nuestros cuerpos mojados...

Con frecuencia cuestionamos el tiempo mujer.

Pero “antes” es el momento justo en que mis manos están por tocarla, recorrerla, repasar sus detalles.

En este momento, entre su talle y sus labios,

existe quizá ese otro día al que llaman mañana,

No lo sé, quiero averiguarlo con usted...


®2000, Andrés Castuera-Micher

Inédito

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29/7/23

Relatividad


Hoy he pensado, entre otras cosas en lo poco que dura el tiempo,

a veces sus abrazos duran mas que un segundo

que dura mas que su abrazo, y entonces

instante deber ser el espacio entre un abrazo y un beso suyo.

No sé si las horas entonces sean la duración de su cuerpo desnudo.

A veces creo que el reloj

lo hicieron los que no saben del tiempo.

Cada vez que penetro su carne, el tiempo desaparece,

me derramo en usted y los segundos no pueden vencerme.

Aquí el único reloj

late y se encela de que tus piernas suban y bajen ignorándolo

mientras la hora la marca tu pierna izquierda detrás de mi mano derecha entre tu cuerpo sudado y mi cuerpo exhausto.

O ¿será que nosotros hemos hecho un tiempo nuevo?

No sé si el tiempo tenga fin, pero su cuerpo, doy fe, no lo tiene.

Sus senos de un delicado tono moreno intenso,

han decidido tocar mis manos

y mis muslos nerviosos 

infringen el fuego de los tuyos.

...como amo ese momento en que nos amamoscuerpo a cuerpo

en una batalla que tu ganas y dejas que yo pierda

y al final, se pospone el duelo para otra noche.

A la cita, puntual,

tu desnudez,

la sábana pérdida, los libros borran todo lo escrito para redactar lo que ven sus lomos.

Mi lomo que te asfixia

y tus piernas que ahorcan mis labios

mientras bebo el interior de tu vientre

a puñaladas de lengua

y mi saliva se confunde con mi semen, más adelante

y tu oasis cae sobre mi desierto

y, entonces, llegas a ese lugar que solo tú conoces

y me lo platicas con esas punzadas

que tratan de matar mi sexo.

Luego un silencio marcado por la cascada de tu líquido y los libros escriben que la sábana se esconde pudorosa.

Los labios se cierran,

los de tu boca y los de tu vulva húmeda

y nuestras pieles 

espera en silencio que nuestros cuerpos

se reten a muerte mas tarde...

®1999, Andrés Castuera-Micher

Inédito

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25/7/23

Cómo agua caliente


En tu brisa de cabellos de un  desorden conmovido 
por la lentitud de mis fracasos, 

en esa osadía por llevarte al cielo, ese que sólo tú conoces,

egoísta y ladrona de un paraíso fingido.

En los lentos y lejanos sabores de tus labios,

estando así en un profundo color marrón,

saliendo por el carmín de tus suspiros ocultos,

entre sábanas de menta,

despojando esas ropas de tela barata y descubriendo la tela fina de esa desnudez anunciada.

En tus cabellos de una brisa conmovedora y desordenada,

enredando la mente, esa que no es la meta de las sábanas...

Estando dentro de esas risas interrumpidas por la lenta

agonía de tus gritos,

esos que sucumben en el deseo de un mas allá...

Correr, como agua caliente ,por tu piel tostada,

mojar tu espalda

y lamer tus senos con gotas ardiendo hasta mezclarme con la humedad de tu sexo e imaginar que he sido yo, como agua caliente y tú, evaporándote en orgasmos de carne, sudor y sal..

Irnos de allá y quedarnos aquí ..

Allá no hay nada, aquí estamos los dos.

®2000, Andrés Castuera-Micher

Inédito 

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Elegía de hotel de paso


En tus flores de oriente,

en este paraíso con código de barras

repleto de ese oro que brilla con monedas de cobre

con tapices de popelina a precio de terciopelo se apaga ess vela tuya

que apaga, a su vez,  es esa manía de dormir solo,

de solo dormir por esas dos bocas empapadas de una: a nunca besada.

Mujer  silenciada por el lastre de un alma robada.

para que roben  tu mano sin argolla

en el momento preciso de lamer tu maldita existencia

con esta lengua seca tiempo atrás.

Lejos, lejos de la censura de tu baile clandestino,

rígeme ley de mujer,

rompiendo el cristal de la vida bien vivida,

vivida en otra vida que no quiso ser vida.

Me sorbo tu tiempo amarrado

con esa prisa de zapatos húmedos y sin zapatos.

Eleva al cielo que dice avergonzarse y llénalo de tus nubes de orgasmos y niebla. 

Tú, sola, como siempre has sabido, toca el cielo mientras yo, convencional e irremediablemente hombre, caigo de la torre.

Que la noche cubra  mi cuerpo de un rostro sin rastro con el tuyo de huellas profundas y constantes.


®1999, Andrés Castuera-Micher

Inédito

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24/7/23

Necedad


Insisto en ser esa sombra de tus pasos de la recámara a la cocina.

Esos labios de la copa a mi vientre, ese vientre de mi copa a tu sombra, quiero sentir esas canciones          de tu voz alterada,                          esa luna de sonrisa opaca,            ese espejo de voces sonrientes.

Insisto, perdona la necedad,            en ser la canción opaca de la luna servida en una copa.

Insisto en el vino de tu sangre,     en ser el néctar magenta             que recorre los alaridos                 de los dos haciendo un solo cuerpo...

...una destrucción.

Un minuto ante el espejo                de luna opaca.

Insisto en madurar tu cuerpo al envolverlo en el periódico viejo.  de mis historias de infancia. 

Con esa ansia infantil, luchar contigo en esa guerra de. generaciones,                                 esas que se obligaron                       a sentir por sentir                          sin sentir en realidad.

Insisto, necio al fin,                          en ciecunnavegar en tus caderas morenas de fuego y cenizas,          en tus alejadas canciones de cuna en el arrullo de tus sábanas virtuosas color magenta violáceo.

Insisto en ser la sombra azul.        de tu más rojo morado.


®1998, Andrés Castuera-Micher

Inédito.

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23/7/23

Visión


Quiero verte a los ojos

aunque tus muslos impidan que mi mirada cruce tu cintura.

Quiero beber tu sangre,

y limpiarme con el lienzo que ha secado el sudor de tu lágrima roja,

paso a paso, mujer de carne y carne.

Quiero romper la barrera de tus senos,

cubiertos por una moral con textura de encaje exagerado,

abalanzarme sobre la inútil resistencia de tus brazos,

delante de aquellas fotos de infancia.

Quiero hacer que grites que grite,

y quiero gritar,

romper la hipocresía de tu silencio de dama doblegada,

sufrir, sufrir en tu descenso, cuado caigas

de tu monte de sudor sin pudor.

Quiero detenerme en tu abismo,

en tus cabellos enredados al brazo perdido en tus latidos

y quiero ser yo al final esa cobarde y miserable lágrima.

Quiero nublar la visión que has tenido en la cama color melancolía.

®1997, Andrés Castuera-Micher

publicado en mi poemario Círculo Cromático.


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