¿Quién dijo al simio que debía levantarse?
Quien dejó que caminara, también le dio manos.
El simio no entendió que el cielo era para ser contemplado
y aprendió a volar.
Luego el viejo de manos torpes
le enseñó a decir papá
y el simio con su boca irresponsable
dijo después cosas como guerra y poder
y, así,
haciendo oraciones y erguido
descubrió que aquellos (sus pies) podían atropellar
y caminó
por encima de aquellos
que no supieron pisar.
¿Porqué anduvo en dos patas
si ni en cuatro lo hacía bien?
¡Seamos simios otra vez
con las palmas en la tierra!
Quiero ser el simio salvaje,
no el salvaje que fue simio...
Salvaje sólo por vivir, no un salvaje de esos para matar.
©2000, Andrés Castuera-Micher
Del poemario Torres y Laberintos incluído en mi libro "Tinta Derramada"
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Jeje, yo también quiero ser el simio nuevamente, pero un "Salvaje sólo por vivir, no un salvaje de esos para matar". Gracias por compartirlo Andy (-:
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