¿Quién lo diría?
El odio duele más que el amor o,
en este caso concreto,
odiarte es más doloroso que amarte,
Es tanto el odio, tan poca la vida y tan poco lo que me queda de corazón
que este odio tan grande,
este rencor del tamaño de tres corazones
esta terminando con el mío tan roto y tan corazón.
Me has hecho tanto,
y sin estar has hecho aún más,
porque tu ausencia se comió
los pedacitos de corazón
y aniquiló la valentía y la estrategia para olvidarte.
Ante mí, dos alternativas:
Olvidarte o morirme con tu recuerdo.
Opto por la primera,
no obstante que la segunda habita en cada uno de mis pasos.
Mi vida es una farsa dividida en tres actos y un intermedio interminable:
Acto primero:
Pasado lacerante: Aparezco yo contigo, haciéndote el amor a fuerza de cuerpo y anhelos frustrados,
luego, en la escena segunda,
tú sobre mi,
con ese juego de dominar voluntades y,
entre sexo y sexo
hacemos el amor una y otra vez. Por monótono que puda escucharse el drama escénico
no lo es, no lo es y no lo es.
Escena seguida (a la que hemos nombrado tercera): tu cuerpo desnudo, mi cuerpo desnudo, el agua tibia de la regadera y un trozo de nosotros habitando el mundo de las sábanas sudadas.
Esto véase cada noche, cada mañana y, de pronto,
los salvajes que solo hacían el amor por instinto, son sorprendidos con charlas interminables en el parque
y él (o sea yo) y ella (o sea tu), caminan abrazados a ilusiones y sueños que,
por respeto al autor
(es decir nosotros)
no serán reproducidas
en este escrito.
Segundo Acto:
Aquí es donde las dos alternativas antes citadas cobran vida...
Lucha por no morirme en el intento de olvidarte,
o lo que es igual,
incertidumbre del presente,
Escena única: aparece un cadáver aparentemente
aún con vida,
camina por el borde de la tierra conocida, como eunuco, como monje, como abstemio en contra de su voluntad, con la cabeza agachada.
Odiando, odiando y tres veces odiando y así como odia, el individuo este,
se va consumiendo en su intento de ausentarse del mundo.
Escena desúnica:
El desamor y las cuatro formas de odiar y morir en el intento. Escena altamente violenta para ser escrita en cualquier tipo de renglones, pero imagínese el lector la gravedad de la tácita escena.
Aquí llega el largo y tenebroso intermedio.: las ganas de morir, los suicidios frustrados por cobardía y la posibilidad latente de tu regreso.
Todo eso en seis meses de incertidumbre y de no hacerle el amor a tu cuerpo....
Se presenta en este intermedio largo y relativamente corto la calificación a mi vida:
Del 1 al 10: 5.7, esperando que suba a 6 aunque de todos modos reprobaría.
Trágico y lúdico, mas bien sarcástico sube al escenario el entreacto con el resumen del que debieraolvidarse primer acto....
Tercer Acto:
Futuro Incierto. Aparece un tipo sin esperanzas, parado al centro de una calle vacía y no
sabe que hacer sin ti.
®2007, Andrés Castuera-Micher (inédito)
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Leerte es como subir al juego de una Montaña Rusa, que te da distintas sensaciones, desde emociones explosivas, otras de asombro, hasta preocuparte por lo que siente el personaje. Es cuando brota un pensamiento: "Ojalá a mi no me pase".
ResponderEliminarQuizá otros lectores, sí la vivieron así.
Te felicito, entretejes la dramaturgia dentro de una historia muy bien interpretada.
Me siento bendecida. Muchas gracias, excelente día 😊!
Leerte es como subir al juego de una Montaña Rusa, que te da distintas sensaciones, desde emociones explosivas, otras de asombro, hasta preocuparte por lo que siente el personaje. Es cuando brota un pensamiento: "Ojalá a mi no me pase".
ResponderEliminarQuizá otros lectores, sí la vivieron así.
Te felicito, entretejes la dramaturgia dentro de una historia muy bien interpretada.
Me siento bendecida. Muchas gracias, excelente día 😊!