En un descuido me he visto hojeando las viejas cartas
y es raro, pero todas dicen los mismo.
La tinta no cambia a pesar de las decepciones
y ya ves, uno se topa de frente con los recuerdos…
Es extraño, no te extraño más,
y como extraño extrañarte.
Como hace falta de veras ese vacío entre la almohada y yo,
que se repite a sí misma como si le faltara algo.
Que raro, de pronto mirando
ese papel arrugado
me he metido en recuerdos
que una y otra vez juré
y volví a jurar guardar en el archivo
pero se me olvida,
se me olvida de pronto
que el corazón no tiene archivos
solo cajones y cajones a los que no les cabe nada
porque los he llenado
de tanta porquería,
de tantas fotos rotas,
por ejemplo.
Es extraño extrañarte,
porque no debería,
porque dije “ya no más”
y esta vez (raro en ti)
estuviste de acuerdo.
Extraño extrañarte
por lo mucho que sentía
en esos días en que me revolcaba por tu ausencia,
y no me levantaba de la cama.
Ahora ya no siento nada,
tu ausencia no es más
que un hueco común,
tan común que, ahora,
extraño extrañarte.
Es tan extraño extrañarte,
hace no mas de diez minutos
me regocijaba con una canción de esas que hacen llorar pero
habían dejado de dolerme.
y de pronto, sin canción,
se me está escapando una lágrima,
y lo peor, aunque aún no comprobado:
parece que es por ti,
por algo que seguramente te llevaste y me hace falta.
En un descuido me sorprendí extrañándote
y es extraño extrañarte, y a veces como extraño extrañarte.
®1998, Andrés Castuera-Micher.
Publicado en mi libro "Círculo Cromático"
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