Compañera de ausencia,
voy a hacer un crucigrama con tus palabras
esas con las que me dijiste adiós,
a ver si así descifro lo que realmente está pasando.
No puedo entender tu adiós:
la excusas se quedaron
en ese nudo en la garganta
que callaba lo contrario
a lo que decían tus labios.
¿Por qué carajo no te callaste toda la noche?
Al menos hasta que perdieras la noción del tiempo,
de ese tiempo que pides,
que yo sé,
porque tengo que saberlo,
es un "siempre" suavizado con tus palabras
endulzadas con confusiones prefabricadas...
A tu estilo,
compañera de ausencia,
te vas sin decir nada
o al menos nada que tenga sentido
y aunque tú,
en general no tienes sentido,
esta vez hablabas de un adiós con peligrosa sensatez...
y así nomás, no se puede decir "adiós" y "te amo"
a la misma persona, al mismo tiempo, en la misma banqueta…
Voy a tomar tus palabras,
las voy a escribir todas en la parte de atrás de las cartas
que me hiciste,
son tres, pero van a servir,
luego las voy a recortar
y veré si el pedazo de carta al reverso
tiene algún sentido,
porque tu adiós, tus razones, tus lágrimas,
tus abrazos interrumpidos
y esos intentos de besos como los de ayer,
no lo tienen.
Voy a hacer un crucigrama con tu nombre,
con tus ojos, con tus manos, con tus labios, con ese misterio que siempre fuiste
y con ese adiós que siempre será un misterio,
lo voy a descifrar de a poquito,
letra por letra,
para que no se me acabe el recuerdo de ti.
Voy a hacer un crucigrama con tu adiós
y a lo mejor entre palabras confusas, capciosas y cruzadas…
entre palabra cruzadas quizá entienda
que tu adiós lo único que quiso decir
fue "adiós".
©2006, Andrés Castuera-Micher
Publicado en mi libro "Compañera de Ausencia"
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Muy triste historia y una que finalmente es "una de tantas" de las que vivimos a diario. Gracias por compartirlo ;<3 (^_-)
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