Ven, asómate.
Verás como late en reversa
el corazón de alguien
que no tiene nada que perder y se esconde un as bajo la manga
para ganar cuando las apuestas se cansen.
Acércate, echa un vistazo.
Escucha las tripas de alguien que no pudo cambiar el mundo y que se raspa las rodillas de tanto intentarlo.
Mira, ese hueco es el que dejaron los sueños sin cumplir
puedes tocarlo, ya no tiene espinas.
Puedes quedarte un rato
si quieres,
el silencio que me queda tiene dos o tres cosas
que decirte.
Ven, mírame, dibújame y luego dime cómo se ve el retrato de un proscrito que sigue jugando la revolución...
y por lo que más quieras, no me dibujes corderos...
que me harás recordar el planeta que no pude conquistar
por luchar en batallas perdidas.
®2021, Andrés Castuera-Micher. Inédito.
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Algo triste tu escrito pero con mucha fuerza y entrega.
ResponderEliminarGracias por compartirlo Andy (^_-)
Gracias por compartir, así los corazones que se entregan.
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