Yo quería un mundo morado y me tocó uno magenta.
Violento, doloroso, hermoso, intenso, difícil, artero, abusivo, contagioso
y con paredes que se cierran mientras voy pasando con mi paso arrastrado y lento.
Acá me dejó una madre de otro tiempo para pagar sus deudas de cantina con pedazos de carne y músculo.
Quería un mundo loco
con miedo a la cordura,
uno con bandera arcoiris
y con habitantes proscritos jugándose la vida con canciones prohibidas.
Pero me tocó uno cuerdo, cuadrado y con vértices rugidos, dolorosos e inflexibles, con banderas llenas de sangre y con himnos que corean guerras, odio e hijos soldados...
Yo sólo quería un mundo en el que la moneda de cambio fueran los abrazos y besos al portador, pero, me parieron en este trozo de tierra donde la muerte y la vida se pagan con impuestos sobre la renta.
Ya se me olvidó como era ese mundo morado pero seguro dolía menos
y, en él,
se podía sonreír a menudo.
©2023, Andrés Castuera-Micher. Inédito.
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Excelso Andy! Muy bien logrado. A todos nos hubiese encantado vivir en el mundo que describes, pero como dicen "en este nos tocó vivir" y sólo se pudiera cambiar si la gente cambiará su manera de ver la realidad. Gracias por compartirlo O:-)
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