Por cada lágrima
que derramaste
trataré de gritar tu nombre hasta quedarme sordo
y por cada silencio que trituraba tu misterio
caminaré en la penumbra
dudando de mi mismo incluso.
Por cada luna que mirabas con ojos empañados
me sacaré los ojos con las uñas de la culpa.
Por cada cristal que se rompió de tu mujer,
de tu amor incansable,
daré golpes al viento,
al muro
y también
a la escalera que te vio partir.
Mi penitencia será quererte, de ahora en adelante,
como nunca pude
quererte por miedo.
Por miedo a mí, a ti,
a la verdad
Quererte hasta sangrar el alma,
aunque tus manos no me cuiden
aunque tus ojos no me miren...
Amarte es un castigo,
un castigo necesario,
un sufrir eterno
a cambio de la inmortalidad
que otorgan
solo tus labios,
solo tus ojos,
solo tu mano izquierda...
Tu amor es el más divino
de los pecados mortales
el más noble castigo
y las mas anhelada penitencia.
® 2005, Andrés Castuera-Micher
De mi poemario inédito "En el exilio del exilio"
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Aaaahhh! Me sacó una lagrimita! Qué bueno y fuerte a la vez, tanta crueldad aunada de tan bellos sentimientos es imposible no mostrar un poco de sentimientos. Amé el... "amarte es un castigo..." me pregunto qué sentimientos tan profundos habrás tenido al escribir estas líneas tan puras.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, abrazos ^o^