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4/3/25

Mi Persona Favorita

 

Quizá te he escrito poco en tantos años

y no es que no tenga nada que decirte

pero las palabras a veces se quedan cortas

para agradecer, para expresar todo lo que provocas.


Entendí que no he podido escribirte un poema que te haga justicia

porque tú eres el poema, tú eres esa palabra necesaria,

ese silencio profundo que sabe dónde y cuándo.

Tienes el poema perfecto en tu mirada y,

la única historia que vale la pena contar, 

es la que sucede en cada paso que das de la cama a la ventana.

¿Cómo no amarte? 

Si te pasas horas frente a la ventana esperando algo que sólo tú conoces

y después sonríes como si todo estuviera en calma.

Perdona por los poemas que no te escribí,

la mayoría se quedaron mirándote dormir

y cuidando tus sueños.

Es lo malo de creerse poeta,

no va regando letras por todos lados 

y deja en blanco los renglones importantes.

Te amo pues y esta vieja máquina de escribir es testigo.

A Diana H. 27/en/25

© 2025, Andrés Castuera-Micher

27/ Enero / 2025.

Dibujo © 2019, Zoe VH




20/2/25

Al Viejo

 

Gracias viejo.

Confieso el egoísmo que me invade al desear que a tus más de 16 años te quedaras otro ratito.

Pero es que dejas un hueco de tu tamaño, del tamaño de tu alegría, de tus ganas de estar aquí,
que cuesta saber que ya no estás.

Ayer no dejabas de seguirme, de mirarme, de mover tu enorme cola.

Siempre lo hacías, sí, lo sé.
Pero ayer algo era distinto.

De alguna manera cuando te fuiste a acostar a tus cobijas, sentí algo en mi corazón y te abracé muy fuerte.

Y te di las gracias, estabas tan feliz, tan vivo, pero te di las gracias.

Ya lo sabía, que tú así te ibas a ir, contento, en paz y bien vivo, 
que tú no ibas a agonizar ni a sufrir

Te irías tranquilo y bien,  por el buen compañero que fuiste y seguirás siendo.

Te dije: cuando quieras viejo, lo diste todo...

Tus ojos se clavaron en los míos y nos fuimos a dormir.

En la madrugada, yo como siempre a trabajar, pero tu cola ya no se movió y tus hermosos ojos ya no se abrieron.

Claro, tú ya te habías despedido.

Ahorita voy a llorar, de acuerdo viejo, dame chance, un rato nomás.

O un ratito cada mañana que salga y cada tarde que regrese y no estés ahí en el jardín, 
nomás en lo que me acostumbro a qué ahora vienes con tus alas y esas no hacen ruido como tus enormes patas.

Gracias Colosus, lo diste todo.

Y por eso te extraño, pero ante todo, te agradezco y celebro tu vida que fue de amor, amor, amor y amor...



Al viejo Colosus, 20 de febrero 2025.

Andrés Castuera-Micher 

30/1/25

Recuerdos de Nube


El mundo al que se ha ido la abuela, 
no cualquiera puede visitarlo.

Se ha llevado sueños, deseos y, al volar,
olvidó los nombres, los lugares y más cosas.

Ahora tiene recuerdos de nube,
nociones de un pasado 
y fragmentos de presente.

Su mente se ha liberado de cosas tangibles y ha emprendido el vuelo a paisajes eternos,
donde las flores no se llaman de ninguna forma.

A veces sonríe y mira con ojos húmedos 
y es que se ha inventado un país 
para un habitante y mil silencios.

No es que la abuela olvide las cosas
mas bien se ha inventado nuevos recuerdos 

y en el laberinto de su vida y obra,
el rompecabezas de lo que fue
abre paso a la pintura al óleo de lo que será.

No es que la abuela olvide,
solo tiene recuerdos de nube.

Andrés Castuera-Micher
Octubre, 2021

To Mona and Lisa's Grandma on her's WidenWide Land.

27/9/23

Por si un día naufrago

 

Por si a alguien pudiera interesarle

subastaré las parcelas de mi desierto

que aún no han sido alcanzadas por los naufragios

de mis barcos derrotados...


Como gobernador 

encontrará usted

a un pirata que todavía cree 

en el nombre que tatuó en su pecho.

Pero no le diga al pirata 

que ha naufragado,

sus ojos parchados por exceso de sol

no podrían soportar la verdad con sus agujas infectadas..

Por si algún día llega el naufragio,

este desierto, no lo imagine sin agua

hay un ojo de donde salen  gotas saladas

que no se toman

pero que adornan el paisaje 

necio de un desierto 

que segura haber sido océano 

desierto,

de cierto modo necio 

que se siente mar y simula el oleaje

con sus lágrimas.


En  la subasta 

de los restos del naufragio

entregaré también las escrituras de un silencio

que al confesarlo todo 

se suicidó irremediablemente

pero eso le pasa a un silencio como el mío

que soñaba con ser escuchado...


Este desierto tiene dos manos y dos pies

los pies ya son rocas cansadas

pero las manos quizá le sirvan como referencia

o como dedos para dibujar mapas


Tras el naufragio, 

a este desierto le gustan los mapas

y los laberintos.


Por si a alguien pudiera interesarle

subastaré la parte de este desierto

que aún no ha conocido la humedad de la lluvia

y la proa de papel del barco del pirata

que sufrió daños colaterales.

No es triste este naufragio,

aunque parezca.

Por si algún día naufrago,

pisen mis huellas en la arena

reescriban la historia del pirata

al que le  corría sangre proscrita 

por las venas.

Y sí han de olvidar algo,

que sea al pirata,

pero jamás su barco de papel

armado hasta el mástil

con sueños prohibidos

y cañones cargados de 

utopías.


®2023, Andrés Castuera-Micher

De mi libro inédito: Renglones por si acaso.

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30/7/23

Nota al pie de cama

Usted se sabe quemar por dentro sin prender la sábana.

Que bien enciende la fogata entre sus piernas

y me da sueños de fuego mientras estoy despierta.

Su cuerpo es el péndulo perfecto

y yo, ante su vaivén,

soy solo un punto de referencia...

y arde

y ardo

y va y viene

y nada mejor que venirse

en su lumbre y sentir como su fuego es el que extingue mi agua.

Es que sabe usted quemarse 

tan bien allí dentro.

Quisiera que le prendiera lumbre a la sábana

y a mí también para poder acompañarle en ese delirio

en que su sombra me sedujo

y tuve que hacerle el amor.

Estaba celosa de su cuerpo

tan lejos y tan igual al mío

y entonces me desnudó

y paso a paso fueron nuestras sombras entregándose, 

dejando de ser sombras por un instante

y se dejaron llevar por esas cosas que solo son del cuerpo

y fueron cuerpo.

Ni la luz de sus gritos

pudo esta vez desvanecerlas.

Usted, yo

y un buen disco de jazz,

en penitencia, en plenitud,

a un orgasmo de encontrar un objeto volador no identificado.

Míreme una vez más, para de plano renunciar a todo

y alcanzarla en su nube de fantasía,

recoger mi boleto de ida,

nada más el de ida

e irme siguiendo esos senos.

No tiraré migajas, no quiero regresar

aunque el fugarme con usted sea fugarme de mí misma.

La distancia más cercana 

entre dos puntos

son las curvas de su cuerpo

y mi monte de Venus alineado al suyo...

Allá, se mide entre su espalda y sus senos y aquí es el espacio recreado en mi mente, inspirado en nuestras entrepiernas enlazadas...

No hay suficientes poemas para usted porque las que podrían amarle 

nunca le vieron andar desnuda por la recámara.

Mañana es solo una referencia de que hoy estamos juntas

y, ayer, es un punto definido por el abrazo de nuestros cuerpos haciendo el amor ruidosamente entre las hojas del calendario 

que se agitan inagotablemente cediendo el paso a nuestro tiempo.

No sé si exista un día después de éste en que nos vulneramos,

pero, ayer, doy fe, existe, porque queda la evidencia en nuestros cuerpos mojados...

Con frecuencia cuestionamos el tiempo mujer.

Pero “antes” es el momento justo en que mis manos están por tocarla, recorrerla, repasar sus detalles.

En este momento, entre su talle y sus labios,

existe quizá ese otro día al que llaman mañana,

No lo sé, quiero averiguarlo con usted...


®2000, Andrés Castuera-Micher

Inédito

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29/7/23

Relatividad


Hoy he pensado, entre otras cosas en lo poco que dura el tiempo,

a veces sus abrazos duran mas que un segundo

que dura mas que su abrazo, y entonces

instante deber ser el espacio entre un abrazo y un beso suyo.

No sé si las horas entonces sean la duración de su cuerpo desnudo.

A veces creo que el reloj

lo hicieron los que no saben del tiempo.

Cada vez que penetro su carne, el tiempo desaparece,

me derramo en usted y los segundos no pueden vencerme.

Aquí el único reloj

late y se encela de que tus piernas suban y bajen ignorándolo

mientras la hora la marca tu pierna izquierda detrás de mi mano derecha entre tu cuerpo sudado y mi cuerpo exhausto.

O ¿será que nosotros hemos hecho un tiempo nuevo?

No sé si el tiempo tenga fin, pero su cuerpo, doy fe, no lo tiene.

Sus senos de un delicado tono moreno intenso,

han decidido tocar mis manos

y mis muslos nerviosos 

infringen el fuego de los tuyos.

...como amo ese momento en que nos amamoscuerpo a cuerpo

en una batalla que tu ganas y dejas que yo pierda

y al final, se pospone el duelo para otra noche.

A la cita, puntual,

tu desnudez,

la sábana pérdida, los libros borran todo lo escrito para redactar lo que ven sus lomos.

Mi lomo que te asfixia

y tus piernas que ahorcan mis labios

mientras bebo el interior de tu vientre

a puñaladas de lengua

y mi saliva se confunde con mi semen, más adelante

y tu oasis cae sobre mi desierto

y, entonces, llegas a ese lugar que solo tú conoces

y me lo platicas con esas punzadas

que tratan de matar mi sexo.

Luego un silencio marcado por la cascada de tu líquido y los libros escriben que la sábana se esconde pudorosa.

Los labios se cierran,

los de tu boca y los de tu vulva húmeda

y nuestras pieles 

espera en silencio que nuestros cuerpos

se reten a muerte mas tarde...

®1999, Andrés Castuera-Micher

Inédito

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25/7/23

Cómo agua caliente


En tu brisa de cabellos de un  desorden conmovido 
por la lentitud de mis fracasos, 

en esa osadía por llevarte al cielo, ese que sólo tú conoces,

egoísta y ladrona de un paraíso fingido.

En los lentos y lejanos sabores de tus labios,

estando así en un profundo color marrón,

saliendo por el carmín de tus suspiros ocultos,

entre sábanas de menta,

despojando esas ropas de tela barata y descubriendo la tela fina de esa desnudez anunciada.

En tus cabellos de una brisa conmovedora y desordenada,

enredando la mente, esa que no es la meta de las sábanas...

Estando dentro de esas risas interrumpidas por la lenta

agonía de tus gritos,

esos que sucumben en el deseo de un mas allá...

Correr, como agua caliente ,por tu piel tostada,

mojar tu espalda

y lamer tus senos con gotas ardiendo hasta mezclarme con la humedad de tu sexo e imaginar que he sido yo, como agua caliente y tú, evaporándote en orgasmos de carne, sudor y sal..

Irnos de allá y quedarnos aquí ..

Allá no hay nada, aquí estamos los dos.

®2000, Andrés Castuera-Micher

Inédito 

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