Cada persona
que se precie
de tener un corazón
debe, al menos,
tener un par de secretos...
Habra quienes los canten en silencio bajo el chorro
tibio de la regadera
Otros les pondran seudónimos
para poder nombrarlos frente a todos
sin ser descubiertos.
Uno que otro los llevará tatuados en letras ilegibles.
Por supuesto,
existe quien saca a pasear sus secretos a las calles
mientras llueve, para poder, de una vez, mojar sus lágrimas.
Pero casi podría afirmarlo:
cada ser que pueda presumir de haber soñado,
tiene como mínimo, dos secretos inconfesables.
Unos los confiesan a la taza de café enfriándose melancolicamente,
ante una cuchara autista y mareada.
Los mas atrevidos los revelarán en el tronco de un árbol de un parque
en forma de letras y corazones..
Hay, obviamente quienes los recrean,
obsesivamente en hoteles de paso,
para tomarse los detalles, más tarde,
con un té sin azucar.
Lo sé, porque los he visto,
no existen personas,
que sonrian por las noches,
que no guarden, al menos, un secreto doloroso.
® 2014, Andrés Castuera-Micher (Renglones II)
Ilustración:
® Amalia del Cid (Nicaragua)
http://www.artelista.com/obra/2444198115410880-cofre.html