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20/11/22

Laberinto de incertidumbre


En medio de nada se puede oír

pero nada se puede escuchar,

aunque el mar en brama se arranque la ropa

con el viento celoso de las rocas

y el paraíso terrenal expulse las huellas

de aquellos que pecan

en la sombra de la arena...


En medio de nada se puede ver,

pero nada se puede mirar

no obstante la lujuria del desierto profundo

la costa bordada por sarcásticos arrecifes

de suspiros de tres azules....


En medio de nada se puede hablar

pero nada se puede decir

aunque incluso caigan gotas

de insomnio, oleaje sabor noche

y casualmente algún faro hunda sus velas

en la estrella cerca del furioso negro y gris

que llora sin sollozos...

Aunque no se muere uno aquí,

aunque lo traguen las olas suicidas

que golpean su cara en la mía...


En medio de nada se puede escribir, pero nada se puede pensar.


©2000, Andrés Castuera-Micher

Del poemario Torres y Laberintos incluído en mi libro "Tinta Derramada"


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Torre del nombre de la amante


No me pidan que diga su nombre o mencione detalle que puedan revelar su identidad....

Dejen de insistir en que confiese aquello que en promesas yo callé en mi mente...

Confesé ya su existencia, he aceptado su presencia y el que estuvo siempre aquí...

No cuestiones mis motivos, no le estorben a su memoria solo déjenme llorar su historia...

El nombre de la amante se pronuncia solamente 

un día después de la muerte,

dentro de la tumba,

gritando al cielo boca abajo.

El nombre de la amante se escribe alguna vez

en la arena de una playa,

Y, luego, el mar lo borra

por siempre, sin rastros ni memoria...

No diré una sola palabra mas de ella, 

confórmense con saber que fui plenamente suyo...


Si quieren conocerla 

basta con que vean mis ojos que la miran hoy 

que no me abraza.

Pueden estar tranquilos al saber que existió 

una mujer así,

sin ser sueño o fantasía...

Ahora ya no está, 

nadie habla de ella, 

no se le verá jamás. 


Y no diré su nombre.


Lo sé, tengo que irme 

no hay más aquí, contigo.

Pero esta confesión, no fue para pedir perdón,

no estoy arrepentido, no necesito compasión 

de nadie ni por nada.

Lo dije porque quiero 

que se sepa que existió alguien cómo ella

y en homenaje a su recuerdo.

©2000, Andrés Castuera-Micher

Del poemario Torres y Laberintos incluído en mi libro "Tinta Derramada"

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17/11/22

All in


Ven, asómate.

Verás como late en reversa 

el corazón de alguien 

que no tiene nada que perder y se esconde un as bajo la manga 

para ganar cuando las apuestas se cansen.

Acércate, echa un vistazo.

Escucha las tripas de alguien que no pudo cambiar el mundo y que se raspa las rodillas de tanto intentarlo.

Mira, ese hueco es el que dejaron los sueños sin cumplir

puedes tocarlo, ya no tiene espinas.

Puedes quedarte un rato 

si quieres, 

el silencio que me queda tiene dos o tres cosas 

que decirte.

Ven, mírame, dibújame y luego dime cómo se ve el retrato de un proscrito que sigue jugando la revolución...

y por lo que más quieras, no me dibujes corderos...

que me harás recordar el planeta que no pude conquistar

por luchar en batallas perdidas.


®2021, Andrés Castuera-Micher. Inédito.

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12/11/22

Torre que no es lugar para un ángel


Aquí la mejor compañía es siempre en soledad,

el fuego se enciende tan pronto con tan poco.

En este lugar los sueños son tantos que matan,

los besos son tantos que asfixian al amor.

Por esta calle los muros no quisieron escuchar

En cada esquina sin testigos se calla la pasión.

Por el callejón se escurre la belleza de una sombra

y en sus labios se escribe una historia de dolor.


No, no detengas tu vuelo aquí

no te juegues la vida así.


No es lugar para un ángel la calle obscura

ni los brazos de una mujer que jura.


No... no pretendas quedarte amigo

ella no puede estar contigo.

No es lugar para un ángel la cama prohibida

no se entregan las alas a un alma perdida,


No, no aquí tu no...

No ángel, no, no, no...

Allí la ves siempre y quieres tocar su cuerpo,

a pesar de lo evidente de la destrucción.

En aquel lugar volaste y volaste bajo y tan bajo

que se cortaron tus alas de ángel de un solo tajo.

En esa calle los mundos no pudieron olvidar

y celebran una muerte en vida por los dos.

En el callejón los demonios y ángeles caídos

brindan por la eternidad de un frío adiós.


©2000, Andrés Castuera-Micher

Del poemario Torres y Laberintos incluído en mi libro "Tinta Derramada"

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Idilio


Era un duende

que renuncio a su hada

cuando el arco iris

no lleva a ningún lado

la fuente plena

derramada

en fantasía


un anillo

de cielo

en la mano de aquel


duende regresando

al agujero negro

entre el cristal quebrado


allí donde se caen

los colores

del arco iris


¡No es en calma!


un duende era

el hada ha roto su olla

quería el oro

el que no había

Tan solo

un retrato hecho en carbón

de su hada rompe alas...


©1999, Andrés Castuera-Micher

De mi libro "Tinta Derramada"

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7/11/22

Cordura

 


Ya no se ven los molinos

¿tiemblo?


miro todo ahora

lo que no he visto siempre...


el corcel tiene un cuerno

entre sus crines

¿tiemblo?


escucho el puente

que abre el castillo

torres

voces...

¿tiemblo?


¡ya no veo los molinos!


¿muero?


crecen las alas en mi espalda,

en los lomos del corcel

¿y ese cuerno?


¿muero?


acaba el mar

el cielo esta tan cerca

se confunde


¡ya no veo los molinos!

¿vuelo?

¿muero?


¡no! ¡no son molinos! ¡no!

muero...


©1999, Andrés Castuera-Micher

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6/11/22

Miedo


No quiso morir

de negro...


velando un gris

volando un blanco


Rompe

el silencio

un pedazo

de roca

arrojada...


sólo el plato

y el vino.


Llama extinta

en la leña virgen...


no quiso ser cielo


volando...


...no quiso,

¡voluntad!

¡temor!


Vestido color olvido

zapatos color nostalgia...


volando

viviendo entre el gris

y el rojo


No quiso morir de negro.


©1999, Andrés Castuera-Micher

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5/11/22

Cumbre


Es cosa de no ver...

la neblina es cordura...


similares cortinas

pasan aquí

de donde han sido

traspasados


humo deshonesto

el camino abierto


una puerta

una niebla

un engaño


Es aquel oasis

siempre invisible

agua evaporada

ansiosa

nubes desterradas

desvaneciendo el camino

no es un humo

no es quizá

aliento

del que vigila


es el camino

paralelo


es tu puerta

asimétrica

es una niebla


es cosa de no ver

humo

por ese cambio

es un rumbo

trastocado

es una o dos locuras

es tu puerta

la neblina no es cordura...


©1999, Andrés Castuera-Micher

De mi libro "Tinta Derramada"

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Vértigo


Cristales decadentes

de dónde el color ángel

es rojo claro

en el cielo sugeridos

por un boceto de lápiz

imitado, entero...

bocetos de un cristal

uno en porcelana

mitad rojo

claro a lápiz

tenue resistencia

matiz...


caen cristal tras cristal

¡encomiéndate!

cortan el surco del dibujo

...inédito


caen rojo tras rojo

aclarando el cielo


¡encomiéndate!


surco rojo

decadencia

¡cae!

¡ángel!

rojo cristalizado...

©1999, Andrés Castuera-Micher

De mi libro "Tinta Derramada"

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3/11/22

Ángel de la guarda


No se cómo dormir de día

y es que de día pasan tantas cosas

así como pasa surcando

el abismo la luz de un sol

con cara de hijo no deseado,

también los pies descalzos

secan el agua escurrida

de la lluvia,

los apretados son entonces

aquellos que viven de día

y esperan ser ahorcados

pero no será así

tienen que estar ahí

con la soga al cuello

sin el ángel verdugo

estar ahí

secando el vómito

del cielo empachado

de sol y de alas

no de ángeles

alas al fin y al cabo,

alas que no duermen ni

de noche

ni de día...


Es que de noche pasan tantas cosas...


©1999, Andrés Castuera-Micher

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