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27/3/23

Breve Bitácora de un Amor Eterno


Seis am, el amanecer

Seis quince am, tus labios

Seis dieciséis am, mis labios

Seis veinte am, nuestros cuerpos

Seis treinta am, la penetración

Siete am, los orgasmos

Nueve am, el cuerpo de él y el tuyo,

Diez am, probabilidad de culpa por la tarde

Cuatro pm, lo de siempre

Siete pm, dos cuerpos de mujer

Nueve pm, fluidos entrelazados

Diez pm, la casa

Once pm, nuestros cuerpos,

Once treinta pm, no pasa nada

Once treinta y uno pm, el presentimiento

Once treinta y dos pm, la pregunta

Once treinta y cuatro pm, el silencio

Once treinta y cinco, la sospecha

Once treinta y seis, el teléfono suena,

Once treinta y ocho, no contestas

Once cuarenta pm... escuchamos al reloj

Once cuarenta y seis, el péndulo no se cansa

Once cuarenta y siete, declaración oficial de tu bisexualidad,

Once cuarenta y ocho, incertidumbre

Once cuarenta y nueve, dictamen y pruebas de tu infidelidad,

Once cincuenta, el nombre de él,

Once cincuenta y uno, el nombre de ella

Once cincuenta y cinco, los porqués

Once cincuenta y siete, el adiós,

Doce en punto, los ruidos característicos de un taxi,

Doce y tres, te has ido

Doce y cinco de la noche, manos empuñadas,

Doce y diez el llanto seco,

Doce y doce las lágrimas,

Doce y cincuenta y tres, las lágrimas

Una de la madrugada... nuestras fotografías,

Una y media los recuerdos...

...seis am, no amanece

...seis uno am, yo sin ti...


®2006, Andrés Castuera-Micher, inédito.

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17/3/23

Funeral

Que linda te ves rodeada de velas, con tu evidente miedo a la oscuridad 

y tu sonrisa, la de siempre,

tan arreglada.

Flores, todos han traído flores,

yo he olvidado las mías, 

como he olvidado tantas cosas,

como has olvidado tantas cosas,

como hemos olvidado tantas otras.

No olvidé, sin embargo,

traer la foto de nosotros felices,

para que no me olvides, para que no te olvides, para que no nos olvides...


Te llora tu madre, tu amante, tu otra  amante, y los otros.

Tu padre calla, tus dos amigos charlan, yo observo y buco una razón para llorar

pero te ves tan linda

y tus manos juntas, con una rosa blanca y una flor morada,que no se como se llama, solo me hacen pensar en tu cuerpo.

Te vistieron de guinda, ese color que era el de tus labios cuando vivías.

Ahora tus labios grandes y carnosos están secos, pintados, pintados, una y otra vez pintados, pero no tienen esa fuerza que les daba tu saliva constante.


Yo no te traje flores porque no sabía que ibas a morirte precisamente hoy,

Como siempre, hasta el final,

impredecible.


Para todos te has ido, para mi también, hoy no quiero ser la excepción,

 no quiero que te quedes,

quiero que te vayas con tu cuerpo inerte, que estuvo vivo, demasiado vivo 

y tan vivo que se ha muerto.

Te lo dije, te lo dije tantas veces, y ya ves como sí: el cuerpo termina por terminarse.


Tu cadáver, sin embargo, no es como los de los funerales de junto, tu te has muerto joven, a los treinta, bella, muy bella y muy blanca, quizá por eso tu muerte no es tan triste.

Patética e inexplicable, pero es una muerte bella, con tu cara de niña madura, y tus ojos, aunque cerrados, aun se ven bellos.


Me pasan por la cabeza los “hubiera” y no puedo suprimirlos,

porque ¿sabes? me hubiera gustado estar contigo 

el último día de tu vida.

Me hubiera gustado darte el último beso, escuchar tus últimas palabras, date el último abrazo.


Es entonces cuando el hubiera existe, toma forma, y se vuelve la única palabra posible.


No te traje flores y no puedo dejar de pensar en tu cuerpo desnudo,

en las noches que morían con nuestros cuerpos sudados, en tus besos, tus palabras y te extraño mujer de buena madera.

Te extraño porque, ahora muerta, no me queda mas que extrañarte.

Pero al menos ahora sé donde estarás y eso me da un poco de calma.

Estoy triste, por tu muerte, porque no te escucharé mas,

porque a este mundo le faltará una musa y le  sobrará un poeta.

Adiós mujer de tantas noches y de tan pocos días.

Adiós y esta vez es para siempre,

Y nuestra opinión no importa.


Antes que te cubran de tierra,

quiero que sepas que te amé hasta tu muerte,

que me doliste hasta el último día, que esperé tu regreso, 

pero te moriste y a pesar de todo,

a pesar de amarte como te amo, no me sirves cadáver, no me sirves así.

La culpa es tuya por morirte. 

No me culpes si uno de estos días

vuelvo a enamorarme.


Adiós por última vez, y porque si no, me voy a morir yo.

Adiós.

Quizá algún día, te traiga alguna flor, pero hoy la he olvidado.


®2006, Andrés Castuera-Micher, inédito.

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12/3/23

Ahora que lo pienso

Ahora que lo pienso

me vendría bien un amigo,

o un hermano que no me niegue nunca.

No me caería nada mal un padre

o mejor, un amigo, es mas fácil.

Estoy con tanto que pedir, que no sé como expresarlo.

Me muero de ganas de golpear a un policía,

a un pendejo, a un profeta,

de romperme la madre 

con diosa aunque no tenga tiempo para mi.

Me vendría bien un trabajo

detrás de un escritorio

copiando textos de un jefe estúpido con la secundaria apenas terminada, sucumbir ante las órdenes de un burócrata.


No me caería mal una hamburguesa en Mac Donalds

que me pasé el socialismo utópico del hígado al recto.

Me vendría bien 

un viaje a las montañas

para subir y no bajar nunca,

una rebaja en las pastillas

que mienten y no dejan llorar

aunque me despedacen las venas y el riñón.


Me vendría bien una navaja

pero con libre albedrío

para que brinque el cerco de mi cobardía

y me saque la sangre de poquito en poquito

hasta que no duela.


Me vendría bien un abrazo

aunque sea por lástima

pero a estas alturas 

de la soledad,

un abrazo no se le niega a nadie.


Me vendría bien un trago en la Habana,

caminar por mi vieja Habana

rodeado del mundo en el que yo si creo o, ya jodidos... hablarle tumba a tumba a Guevara y decirle, 

aunque no le importe,

que sé quien lo mató y que también los odio.


No me caería nada mal

una bala pérdida,

en un atentado contra la embajada gringa,

aunque después en los periódicos nadie se acuerde de mí.

No me caería mal un salario,

para que al menos mis hijas

puedan no enterarse de nada.

A mis hijas 

no les caería nada mal

un padre mas sensato, 

menos idealista

aunque las quisiera 

un poco menos.

 No me caería nada mal

una última noche con ella

para cerrar los ojos y los oídos y creerle otra vez todo.


Resumiendo, no me vendría mal un amigo,

una noche en la Habana

un paseo por las nubes, 

buen sexo con piel morena.

No me vendría mal 

morirme cinco minutos, 

pero morirme de veras.


®2006, Andrés Castuera-Micher, inédito.

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11/3/23

La mano izquierda de Liza

Creo que Liza aún puede soñar

y que los unicornios lleven a sus duendes

 a cortar rosas azules

y respirar un aroma a café lejano.


Y, lo sé, lo aseguro,

le han mutilado tres corazones

pero Liza tiene todavía trece,

Uno es para ella,

otro para tomar café,

otro para soñar,

uno mas para volar,

tres para seguir volando,

dos para caminar en la urbe que escapa del mundo esfera,

uno para reir,

dos para llorar

y aún tienen el corazón que escribe.

Ese, ese no morirá nunca.

Su corazón trece, el de su mundo azul esfera

 dónde vive su duende,

su mar,

donde duerme su amor

donde se alojan los huéspedes de sus sueños

en las habitaciones de su mirada sigilosa, penetrante.

Su corazón es un mundo esfera

un mundo burbuja,

una burbuja de cristal

y su cristal tiene 

grabado su nombre

que quedará escrito

tan solo en su madera...

...y de su madera

no puede hablar

más que su sueño mas azul.


® 2005, Andrés Castuera-Micher

De mi libro Liza, Liza, Liza

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3/3/23

Liza en el Diván


El boleto de regreso, imagínalo , luego vas a pensar que hoy estás a punto de tirar esa reja,

esa reja que te tiene encerrada dentro de ti misma…


No creo que sea el momento de hablar,

mis palabras ya son espuma…

…pero recuerdo que un día fui mar…


Háblame del mar…


No puedo, quiero hablar de la espuma

de una espuma azul que sale de mis cabellos…


no, háblame del mar, debemos hablar del mar…


es de plata… pero me duele mucho

y arde en cada poro de mi piel

y a veces se derrama por mi ojo izquierdo


…y ¿el derecho?..


¿El derecho a que?


…el derecho del ojo derecho a llorar…


no llora, yo no he dicho que lloro

solo he confesado, en contra de mi voluntad

que el mar es de plata

y que escurre…

siniestramente por cada uno de mis ojos izquierdos…


Háblame ahora del otro ojos izquierdo…

e cierra de vez en cuando para concentrarse en un recuerdo

…se llena de ese motivo, y se tarda seis meses en abrir…

y normalmente, cuando cierro ese tercer ojo izquierdo

me imagino sentada en el mar, de noche… y las caderas estrechas

dibujan castillos de arena…


® 2005, Andrés Castuera-Micher

De mi libro Liza, Liza, Liza

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