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16/5/17

Ocho son los años sin tus Renglones, Mario



Ocho son años sin tus Renglones, Mario.

Sin novedad en el frente, poeta,
no te angusties,
seguimos al borde de la bomba
y escribiendo de un mundo
que se acabo desde antes
pero nos aferramos a creer que no.




Llega mayo,
como cada año
y, en el diecisiete, me acuerdo
que siguen faltando tus letras.

No te preocupes, no es que tengas que volver
¿a qué? acá la gente tiene manos de pantalla y ojos de móvil,
ya no les interesa verse, enamorarse ni caminar juntos.

te daría risa, Mario, como se ama la gente en estos días,
sin parques, sin nervios, sin frío y sin formalidad..

Estamos al borde de la bomba
y tenemos más muros que grafittis...

Se nos quemó la ilusión en la hoguera del miedo
y arrendamos el último sueño a un postor, que ni era el mejor,
pero era el único que nos quedaba...

Sin novedad en el frente, poeta
y con la frente agachada sin buscar novedades...

No es que tus renglones se estén apagando,
es la gente torpe, miope y computarizada
la que ha perdido el hambre de poesía...

Si vuelves, que sea un Lunes
cuando el mundo está aletargado y sin ganas de dejar la cama
para que, ahí, entre las sábanas
nos regales un par de renglones
de esos que afilaban el espíritu...

Pero no vas a volver porque acá,
en la esquina de aquella calle vacía
donde se supone que se sientan los viejos a leer poemas,
no queda más que el aroma apolillado de un libro que soñó con ser banqueta
y terminó en la alcantarilla de los remates y los olvidos...

Ocho años hace que te fugaste de la bomba
y la bomba sigue mirando como dejamos de tenerle miedo...

Es que sin tus versos, Mario
¿A qué le vamos a tener miedo?

Vénganos tu miedo, andariego de cabello gris,
acá en la calle oscura
cómo en el abismo al que brincan los amantes...

Nos falta tu miedo gramaticalmente correcto
para volver a creer en que los pies mojados
pueden servir de tenedores o de gafas rotas,
siempre y cuando uno se vuelva poema
y permita que la vida sea su poesía...

Hoy, diecisiete de mayo del dos mil diecisiete,
las letras sólo me sirven para decir
que, éste, el que no quiere nunca olvidar,
te extraña y con la bomba atada a mi penúltimo sueño,
te llora todavía, cómo cuando los diarios se empeñaron en matarte.


Ciudad de México, 17 de Mayo, 2017.

®2017, Andrés Castuera-Micher.

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