En las noches
a Liza
el viento que mueve su cabello
no la deja dormir
y comienza a soñar despierta
y de pronto no sabe que hacer con tanto viento
y el viento no sabe que hacer con tanta Liza
Se sabe en los medios locales
que Liza es una mujer viento
y a las mujeres viento no se les conoce,
por ejemplo,
el miedo a la noche
y tienen cierta obsesión
con las nubes que cubren la Luna
Se me ocurre regalarle
la golosina predilecta de las mujeres viento: Un rehilete
pero como Liza sólo puede ver los colores de la noche,
será un rehilete con aspas azules
para que el viento,
una vez que ha enamorado sus cabellos,
siga soplando sin tener que irse
y entonces los sueños de Liza, al despierto,
puedan volar alrededor de las doce habitaciones en que duerme Liza.
Un rehilete con aspas azules
que sean veleta cuando los sueños cambien de dirección
y que desvíen el viento cuando venga de barlovento
Un rehilete con aspas azules
que desde la proa del papel de barco
señale el rumbo de los pies descalzos de Liza
y que puedan calzarse en lugar de zapatos
cuando no haya arena para dejar huellas...
Es importante aclarar que el rehilete no incluye instructivo
y que si las aspas azules cansan a Liza,
puede pintarlas cuando quiera,
sucede que no hay instrucciones
para decirle como soplar a una mujer viento
y además el viento,
en el cabello de Liza,
sopla a voluntad.
® 2013, Andrés Castuera-Micher, Regalos Necesarios para Liza.
me encanto...
ResponderEliminar