Era como un palacio de cristal o quizá un espejo
o quizá se trataba de mi
de la serpiente frustrada
color rojo suerte
los palacio cuando hierven
en los lagos de belleza
no eructan diamantes
incluso no hablan
...y yo si siento
y creo poder llegar a sonreír
era como un cristal inédito, idiota
de pulsaciones convencionales
y dentro, dentro todo se veía
menos el cristal
era tan transparente
que no podía verse si no el espejo
de un matiz violeta angelical...
...quizá se trataba también de ti
dragón ilusionado
por tener cuerpo de dama...
era un espejo de amantes
sepultados
y sobre el vientre sembrado
el tiempo y una lápida
de mas o menos quinientas piedras...
©2000, Andrés Castuera-Micher
Del poemario Torres y Laberintos incluído en mi libro "Tinta Derramada"
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