Puedo aventurarme
a cerrar los ojos
y fija, callada
como una sinfonía de piel
te veré,
amante de sonrisa precisa,
de palabras contadas,
con ojos de lágrimas
que encierran
esos labios de secreto robado.
Puedo atreverme,
atreverte a ser yo,
y quiero ser valiente
para tener la suficiente cobardía
y dudar una y otra vez.
Jugar al amor
pero con esta seriedad
de amor eterno.
Puedo atreverme
a los que se atreve
un tonto al gritar
y causar que los secretos
los escuchen
los que entiendan
de secretos y ventanas.
Puedo atreverme a recordarte
y en cierto modo morir
sin dejar de ser esa otra cosa
que en cierto modo
se atreve a recordarte
encerrado en tu prisa.
Puedo recordar aquello
a que me he atrevido
y temer siempre
no ser más que un recuerdo
que muere olvidado y recordando.
He recordado tu recuerdo
y me atrevo a recordarte así:
Firme, con miradas que se atreven
y con ese temor extinto,
esa verdad distinta
y, ante todo
quiero atreverme
a recordarme junto a ti
sin tener que estar al borde.
Quiero ser tuyo
por un recuerdo
y lo quiero tanto,
como al quererte,
puedo en cierto modo recordarte, amada inmortal
con amores color melancolía.
Mientras mis labios preguntaban sin palabras,
no sabias la respuesta
y la pregunta estaba
evidentemente en tu silencio...
©2000, Andrés Castuera-Micher
Del poemario En cierto modo incluído en mi libro "Tinta Derramada"
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Ay ay ay! Tanto dolor en palabras que divmcen ser y no lo son a la vez que, por cobardía ni se atreven a decir lo que no saben expresar.
ResponderEliminarGracias por compartirlo Andy (^_-)