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20/10/09

Renglones de un tal 17 de mayo a Mario Benedetti


Los periódicos deben estar locos…
andan rumorando que usted se nos fue,
que se murió,
lo escupen a ocho columnas,
“Ha muerto Mario Benedetti”
¿Cómo se le iba a ocurrir morirse, maestro?
Yo le dije que si usted se moría, del coraje, lo mataba…



Sin embargo… hay un hueco entre mis costillas
del tamaño de tres corazones rotos
y las lágrimas con sabor a un sabor que sabe amargo
no me dejan leer las letras pequeñas
en las que dicen que no es cierto
que usted sigue sonriendo, escribiendo su penúltimo libro.
Porque siempre, siempre tiene que ser el penúltimo, maestro…

Yo a usted,
A usted don Mario,
no lo puedo conjugar en pasado,
no me da el vocabulario,
no hay verbo para meterlo a un ataúd
y luego llorarle en algún sitio apartado en el centro de Montevideo…

¡Cómo son idiotas los periódicos!
Mario Benedetti no se va…
a ese viejo de cabello gris, le quedan muchos sueños pendientes…
y la poesía le sigue brotando de cada canalización en los hospitales…
… pero que noticias tan imbéciles,

Si el maestro no hace mucho se reía de nuevo
de los doctores y de su teoría de los intestinos y la neumonía…
¡Qué va, Don Mario! ¿Muerto usted?
Pero primero se acaba el mundo, primero se termina el vino tinto y el churrasco en el planeta…
primero llora toda América al unísono y los países se vuelven del Sur y los visceversas se enderezan y a los formales se les quita el frió…

Sospecho de mis ojos traidores que no dejan de tirar lágrimas,
pero no les haga caso don Mario, estos ojos pendejos se lo creen todo a la primera…
Pero sospecho que esta vez va en serio, Don Mario…
Esta vez ya estaba hasta la madre de este mundo que nomás no podemos echar pa´lante

Y ahora si nos dijo en serio: “ya no más” y “ahí se las arreglan”
Sospecho de los compañeros incrédulos que me llaman pa decirme lo mismo que he leído
Eso de que se nos fue…
y me la voy creyendo a cada poeta que calla… a cada sonrisa que se apaga…
y a cada centímetro de existencia que se me desmorona….
Don Mario…
Doy fe de que este mundo ya no le merecía,
Don Mario
Doy fe de que su paso cansado tenía que acabarse un día…
Don Mario
Seguro Montevideo está calladito y con el cielo encapotado
Y el mundo, conforme se va enterando, igual, dice lo que puede

Y yo…
pues perdone la simpleza de mis letras,
Pero yo que le voy a escribir ahora,
si le escribí en su tiempo, a su hora, en su momento
y a mi modo y como pude, le prometí que me iba a partir la madre por que el Sur
Siguiera tambienexistiendo…..
Y ahora ¿Qué le digo del Sur?

¿Qué le digo?
Le digo que a este mundo ahora le falta un gran poeta…
y que mañana seguro lo leerán en los medios, en los enteros, en los periódicos
y le aseguro que le lloverán los homenajes,
Los merece… usted ya cambió el mundo…
Y me cambió a mi
Y a los poetas que queremos ser poetas, sencillamente poetas…

Don Mario… ¿Qué le digo?
Andariego, poeta de cabello gris y bigote silencioso…
Me duele, me duele su silencio
Me duele su libro inconcluso en la cabecera de su cama
Me duele el café pendiente en Montevideo algún jueves a las ocho menos quince…

¿Y qué le digo?
Nomás le advierto,
Que no estoy dispuesto a conjugarlo en pasado
Que en este pedazo de tierra en el que vivo, los muertos no se van si uno no quiere…
Así que se queda…
¿Está de acuerdo, maestro?
Me niego a seguir escuchando lo que dicen de su muerte,

Y le voy a armar una vida re bonita en el Tenampa, a un ladito de mi Jaime Sabines y mi José Alfredo, pa que le cuenten lo que le hacemos acá a los poetas cuando insisten en morirse….

Andrés Castuera-Micher

1 comentario:

  1. 18 de mayo de 2009…. un dia despues...Mario Benedetti…”
    Hoy desperté y tú eras la noticia maestro Mario Benedetti…-Que cruel los homenajes y que doblemente cruel que a un poeta se le aprecie y se le lea cuando ya esta muerto. Benedetti; -me refiero a ti en existente porque para mi no as muerto; me doy el derecho que tú te dabas al referirte de la misma manera al pasado, al futuro, al tiempo, y a las cosas.
    Ayer te nos fuiste así como se van las criadas, pero a diferencia de ellas tú me dueles de sobremanera Benedetti.
    Hoy por la mañana tu fuiste la noticia, la respuesta a los tópicos de los periodistas y me permito decir que; ¡para mi no estas muerto!
    Para mi sigues vivo, no en el efímero físico que se va con el tiempo, ¡vives!, como los grandes y respetables cánones de todos los poetas de tu talla lo exigen, como desgraciadamente nuestra sociedad valora a los poetas... ¡muertos!... ¡sí muertos Benedetti!, y se que esta noticia te mata, pero... ¿que más muerto puedes estar maestro si te nos as muerto?
    En el justo momento de tu muerte tus sueños de trascender después de muerto se asen realidad, tu pluma de oro te da el pase a la eternidad.
    Hoy habremos unos triste por ti, pero ¿que importa si a partir de tu muerte tus letras están más vivas que nunca?, hoy ya estas con la presencia del mimos Unamuno, de Bécquer, del Propio Jaime Jabines, de Virgilio, y de los grandes que como tú estarán en el apartado que tiene en el cielo los poetas, pero a diferencia de ellos tú eres de un mundo modernos, en colapso, en completa convulsión.
    ¿Porqué tuviste que morir poeta del amor?, ¿Por qué a tus 88? ¿Por qué no a tus 188 cuando yo ya estuviera muerto? O mejor aun… ¿Por qué no a tus 288 cuando ya nadie se acordara de mi?
    Y nada maestro, usted lo dijo -“Tengo un mañana que es mío, y un mañana que es de todos, el mío acaba mañana pero sobrevive el otro.” –Y el otro me supongo es mi mañana, pero déjeme decirle que su mañana y el mío son el mismo, porque mi mañana sin usted ya no será la misma, ni mañana, ni la mañanita, ni el mediodía, ni la tarde, porque sin usted ya no hay mañana, aunque suene fatal. Porque usted se fue y se llevo la dicha de tenerlo más, y se llevo el suspiro de los campos, la ternura de Uruguay, un pedazo de nosotros y un todo de usted, y si yo pertenezco al mañana de todos me abdico como usted lo hizo, porque si usted maestro se fue yo ya no quiero mí mañana.
    Me dueles Mario, Maestro Mario... y no sabes de que manera, me dueles como el abuelo Luís y hoy me embarga la noticia “Benedetti a muerto” -y la razón eres tú y la noticia sigues siendo tú, ¿porque nos tuviste que dejar? , - no me duele tu ausencia, me dueles tú en mí, me duele el límite que la ley natural le ha puesto a tu poesía, ¿porque no sigues publicando haya en el cielo y acá en la tierra, así como dicen que dice la palabra de Dios? Eder Ramos Arreortùa

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